sábado, 21 de abril de 2012

Se desmoronan los petroglifos de Honda

Los grabados que dejaron los aborígenes del Norte del Tolima, en la vereda Perico del municipio de Honda, desaparecen lentamente producto de los animales que habitan en el abrigo rocoso, así como personas que han desfigurado algunas imágenes en la arenisca.
(Foto: JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA)

Los grabados que dejaron los aborígenes del Norte del Tolima, en la vereda Perico del municipio de Honda, desaparecen lentamente producto de los animales que habitan en el abrigo rocoso, así como personas que han desfigurado algunas imágenes en la arenisca.
(Foto: JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA)
Figura antropomorfa sedante dibujada en el abrigo rocoso.
(Foto: JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA)

El mono, según la interpretación hecha por Arturo Cifuentes.
(Foto: JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA)

La caverna donde los aborígenes dejaban plasmadas las imágenes y que ahora se desmoronan. Algunos docentes de Honda piden a las autoridades locales, departamentales y nacionales la protección de los petroglifos.
(Foto: JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA)

El arte rupestre que dejaron los aborígenes en el abrigo rocoso de la vereda Perico, en la vía que de Honda comunica hacia La Dorada (Caldas), desaparece lentamente.

Los grabados, que según estudios adelantados por el arqueólogo Arturo Cifuentes, tienen motivos antropomorfos, zoomorfos y varios geométricos. Algunos de estos esquemas corresponden a figuras de búhos, arañas, simios, escarabajos, recuadros achurados y rombos. El abrigo posee grabados cuya altura con relación al piso está a tres metros de altura y se encuentran trazados sobre arenisca.

Igualmente, según la investigación realizada por Cifuentes y que se pueden todavía divisar en la caverna, hay estilizaciones de aves características de las figuraciones chamánicas; la figura del búho es más variada y abundante con relación a otros esquemas de animales, los antropomorfos en alguna medida semejan los apliques de las tapas de urnas funerarias.

“Los petroglifos, arte rupestre o abrigo rocoso, que se encuentran en el sector de Perico, al Oriente de la ciudad, es uno de los vestigios más relevantes que tiene Honda, Tolima y Colombia porque es la grafía que dejaron los aborígenes hace 600 o 700 años”, indicó Tiberio Murcia, docente e historiador de Honda.

Históricamente, resalta Cifuentes en su investigación, se sabe que los Panches dominaban la región de Honda y la parte baja del río Guarinó en el siglo XVI, los cuales parecen que se fusionaron con los grupos asentados allí tradicionalmente.

“Estos aborígenes que habitaron y que se conocen son los Ondamas y Gualíes, de la tribu Panche y familia Caribe. Desde el punto de vista de la investigación, el turismo científico tiene una gran relevancia porque ahí están y es la prueba palpable de cómo dejaron los aborígenes, que habitaron la región, su grafía y cómo era que vivían”, sostuvo Murcia Godoy, quien dedica un capítulo en su libro ‘Descubriendo La Villa de Sanbartolomé de Honda’ al arte rupestre en la Ciudad de Los Puentes.

Sin protección

A pesar del gran valor histórico que representan las imágenes y que hacen parte de los sitios de interés según la Red de Pueblos Patrimonio en Colombia, la historia de los petroglifos de perico se desmoronan lentamente. “Han ido desapareciendo algunas de las huellas de nuestros aborígenes y algunos jóvenes que llegan hasta el abrigo rocoso no tienen conocimiento de la riqueza histórica y escriben sobre la pared; así mismo, turistas inescrupulosos quieren llevarse un pedazo, desprendiendo algunas de las figuras, lo que ha originado que se deteriore bastante”, expresó el docente Jorge Quintero.

Las arañas, búhos, lechuzas y demás imágenes que plasmaron los primitivos hace cientos de años están quedando en las imágenes captadas por los visitantes.

“Queda uno aterrado porque no encuentra nada que tenga que ver con los peces o las interpretaciones; habría que volverle a dar una dinámica al sitio, protegerlo y rescatarlo porque por ser en arena el abrigo rocoso se está desprendiendo.

“Es un lugar que está abandonado, infortunadamente; en el mundo se están preservando las cavernas y Honda, en el centro del país, no cuenta con el respaldo y la protección estatal. Allá está en la finca, donde se requiere la instalación de un elemento de separación para que la gente no le meta la mano”, aseveró Murcia Godoy.

Los petroglifos

La interpretación de las figuras zoomorfas, antropomorfas y diseños geométricos según el antropólogo Arturo Cifuentes, que plasmaron las tribus que habitaron la zona son las siguientes:Lechuza: Figuraciones chamánicas, los mohanes creían interpretar el canto de las aves.

Búho: En algunos grupos corresponde al guardián de los entierros y cementerios. Conocedores de los secretos y protectora de las tumbas.La Araña: Tejedora del puente o la balsa para cruzar el río después de la muerte.Figuras antropomorfas sedantes: Los motivos en alguna medida semejan la presencia del Duho o asiento ritual. La mayor parte de las figuras grabadas rectangulares o en forma aplanada exceptuando el mono.Diseños geométricos: Son rombos con punto central y líneas cruzadas, con remate de triángulo.

El mono: Fertilidad biocósmica y la danza de la siembra, generalmente se encuentra asociada a la tempestad y el trueno.El jaguar: Se compara con el chamán; en la mitología americana abundan los pasajes del jaguar como portador del fuego y aliado indistintamente del Sol y la Luna por sus manchas.

*Tomado del libro ‘Descubriendo La Villa de San Bartolomé de Honda’ – Escrito por Tiberio Murcia Godoy.

Publicada por
JORGE LUIS HERNÁNDEZ SÁNCHEZ (Acord Tolima)


Tomado de

El Museo que un día fue Puerto

Abril 12, 2012 - 09:53
El Museo del Río, ubicado en Honda, fue uno de los puertos más importantes del Siglo XVIII. Además, fue cuartel de gendarmería y biblioteca y archivo municipal.
El Museo del Río Magdalena conserva la infraestructura colonial cuando fue construido para ser el puerto de El Retiro.
(Foto: JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA)


A escasos metros del río Magdalena, en Honda, se encuentra el Museo en homenaje al afluente más importante de Colombia y por donde ingresó el desarrollo al país.

En el que un día fue el puerto de El Retiro en la Ciudad de Los Puentes, hoy reposan maquetas de embarcaciones que navegaron por el Magdalena, anclas, objetos de pesca artesanal y animales disecados que habitan y habitaron la región.

“El Museo del Río fue en la época de la Colonia, siglo XVIII, el puerto El Retiro. Este fue el segundo en importancia en el centro de La Nueva Granada porque primero fue el Puerto de Caracolí, en la parte baja (de Honda)”, sostuvo el historiador y docente Tiberio Murcia Godoy.

Dicho puerto, según Murcia Godoy, comunicaba a la Villa de San Bartolomé de Honda con el Sur del Tolima; allí se cargaba y se descargaba lo que conducían hacia Ambalema, Purificación y Neiva.

“Podemos hablar de quina, tabaco y todos aquellos productos que de una u otra forma los españoles trabajaron.

“Por ejemplo, los españoles trabajaron con la quina, los ingleses con el tabaco y mucha carga que traían del Sur, de Natagaima y Purificación; además, traían las ollas en balsa, pues venían a descargarlas porque tenían que pagar el impuesto que hubo en la época y que era obligatorio para el Rey”, argumentó.

El Retiro fue importante para la navegación del Siglo XVIII hasta mediados del Siglo XIX, “porque al ir descendiendo el caudal del río Magdalena el puerto quedó a la deriva”.

La construcción

El Museo del Río es una construcción colonial y se tiene testimonio escrito, según Tiberio Murcia, del Siglo XVIII (1760 – 1770), ya que aparecen algunos comentarios sobre el mismo.

Es una edificación, además, construida para evitar los embates del río Magdalena, pues se encuentra en la parte alta.

“Cuando deja de prestar sus servicios, porque perteneció a los Germán Ribón, quienes tuvieron la administración de todos los puertos sobre el río Magdalena, pasó a finales del XIX (1899) a manos del francés Gilibert, quien instaló el cuartel de gendarmería. Después de la Guerra de los Mil Días quedó abandonado”, aseveró el docente.

Posteriormente pasó a convertirse en la biblioteca y archivo municipal de Honda; en 1996 inició el proceso de Museo.

“A partir de 1996-1997, Cecilia Polanco de Laverde junto con Joaquín Molano y otros personajes, crearon la Fundación Río Magdalena y a partir de 1998 está funcionando el Museo, en el que encontramos varias salas con aspectos interesantes de la historia del hombre y del río Magdalena”, dijo.

Falta variedad

Aunque el Museo cuenta con exhibiciones como la evolución del hombre, los asentamientos indígenas, la fauna y la flora, la historia de la navegación y la pesca artesanal, falta variedad con el fin de motivar a los visitantes. “Al comienzo, como toda novedad, venían muchas personas, más que todo jóvenes de diferentes ciudades; el Museo ha recibido algunos apoyos de Cormagdalena porque al fin y al cabo es el único Museo del Río que hay entre Neiva y Barranquilla”, indicó Murcia Godoy.

Y agregó: “Como el Museo no cuenta con un apoyo estatal grande, tiene un cobro mínimo que no supera los dos mil pesos, que sirve para pagar algunos servicios. Ha sido muy visitado, pero se requiere de cambios y eventos constantes que necesita un Museo, para que cuando venga la gente no encuentren lo mismo y vean que hay unas salas especiales que se estén rotando”.

Salas de exhibición

  • La evolución del hombre y la aparición de los primeros pobladores que ingresaron a través de la cuenca del río Magdalena.
  • Los asentamientos indígenas en la parte alta del río Magdalena con algunas muestras de sus manifestaciones culturales.
  • La fauna y flora mostrada a través de los principales ecosistemas.
  • La historia de la navegación por el río Magdalena ilustrada con algunas maquetas de embarcaciones utilizadas en la época de la colonia.
  • La pesca artesanal.
Publicada por
JORGE LUIS HERNÁNDEZ SÁNCHEZ (Acord Tolima)

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Tomado de:

Ascenso al Cerro Cacao en Pelota, turismo ecológico y social